Recorrido por Av. del Libertador

90 MINUTOS EN BICICLETA (30km) ¿Por qué lo recomendamos? Además de ser un paseo agradable, la bicicleta es una práctica simbólica que potencia la experiencia del Sitio de Memoria: su ritmo recrea el movimiento de las canoas, el medio con el que se navegó el Delta desde tiempos guaraníes hasta hoy. Al desplazarnos así, cambia nuestra escala de percepción y el paisaje pasa al primer plano. Estamos más presentes y menos mediados por pantallas. El desvío ribereño en el Parque Natural La Lucila es uno de los momentos más valiosos del recorrido, ya que permite observar más animales nativos (aves, garzas y lagartos overos) en su entorno y comprender que la tortuga de Carupá no es una excepción, sino parte de un ecosistema mucho más amplio.

BICISENDA DE LA REFUNDACIÓN

Sitio de Memoria Carupá-Canal está en el lugar exacto donde termina la gran Av. del Libertador, cuyo inicio es Plaza San Martín (Retiro), coincidiendo exactamente con el trazo de las tierras repartidas por Juan de Garay en la refundación de Buenos Aires, 1580. Se repartió hasta ahí porque a partir de entonces empezaba el territorio inundable, es decir, el lecho de yerba del Delta. Carupá.

Por eso, la acción de señalamiento no se limita al punto de llegada, e incorpora el trayecto como experiencia ritualizada. Como sugiere el nombre del Sitio de Memoria Carupá-Canal, compuesto por una palabra guaraní para el paisaje ancestral y otra que describe la intervención del hombre, es una forma de ir al encuentro de la cosmovisión guaraní, activando los sentidos para entrar en su dimensión espiritual.

USANDO LOS CARTELES COMO GUÍA

En términos prácticos, los carteles están ubicados de inicio a fin del recorrido y permiten orientarse fácilmente durante el trayecto (clickear para ver recorrido en GoogleMaps).

Pero no son solo señalética. También contienen un poema que funciona como hilo conductor del recorrido. Está dividido en 6 fragmentos, uno por cada tramo A–F, de modo que la lectura se construye en movimiento y permite orientarse también en un sentido simbólico, vinculando el paisaje con lo que no se ve o no se sabe.

A
En 1536 acá mismo se enfrentaron por primera vez
la fuerza guaraní y la de quienes no nacieron acá
¡Habitantes del Sur Guasú, saludan a su pueblo!

B
En 1580 volvieron y refundaron Buenos Aires 
Por la Av. del Libertador se repartieron las tierras
¡Habitantes del Sur Guasú, saludan a su pueblo!

C
La repartija terminó donde la tierra era inundable
y la tan soñada Ciudad se recostaba en el Yerbal
¡Buenos Guaires, territorio ancestral guaraní!

D
Hoy en la ribera de este gran río, el Paraná Guasú, 
Atraviesa todos los tiempos una flecha de maíz
¡Buenos Guaires, territorio ancestral guaraní!

E
Tigre-San Fernando, un solo sitio resplandeciente
Delta… límite originario de la conquista espiritual
¡Yo, habitante del Sur Guasú, saludo a mi pueblo!

F
Cualquier hijo de vecino irá por la senda resonante
Presintiendo grandes fuerzas preexistenciales
¡Yo, habitante del Sur Guasú, saludo a mi pueblo!

EXPERIENCIA: PEREGRINAJE, RITUAL, ARTE

Carupá-Canal es un sitio de memoria a cielo abierto, lo que implica que su valor no reside en una estructura monumental o una ruina, ni tampoco funciona por exhibición, sino por una íntima disposición a presentir el paisaje que fue y sigue siendo morada de acontecimientos y seres sagrados. Creemos que estos fenómenos persisten y requieren prácticas concretas para activarse en el cuerpo y en la memoria.

Las salidas en bicicleta buscan justamente eso: activar el cuerpo como vía de comprensión, generando un terreno más fértil para conectar sensaciones, pensamientos, sentimientos y presentimientos, mientras prestamos atención al paisaje. Esta vivencia corporal tiene una relación directa con el peregrinaje, práctica religiosa popular que no depende del dogma ni de la palabra, sino que la dimensión espiritual solo viene con la experiencia. 

Desde esta perspectiva, el sitio de memoria a cielo abierto se sostiene en una concepción del arte que excede la teoría estética e involucra religión, política y vida social. Por eso, nos animamos a enunciar que al señalar Carupá-Canal estamos recreando la escena del ritual. Como escribe Ticio Escobar (2008), curador y fundador del Museo de Arte Indígena del Paraguay (Museo del Barro): “Al ingresar, las personas y las cosas cruzan un tiempo distinto y quedan investidas de excepcionalidad”

Esta esencia es compartida por las prácticas indígenas y el arte contemporáneo. Escobar la ilustra con el famoso urinario de Duchamp que al ser exhibido “se carga de energías que lo impulsan hacia otros registros significantes. Nada ha cambiado en su forma, solo su ubicación lo ha transmutado”.

Pero al tratarse de entidades vivas (paisaje, animales, almas…) resulta aún más atinado el legado de Alberto Greco, artista argentino que llevó la acción de señalamiento a la realidad misma y la llamó “Vivo Dito” (dedo vivo), cuyas prácticas callejeras consistían en marcar con tiza un círculo alrededor de una persona, entregar carteles con la inscripción "obra de arte señalada por Greco", y otras acciones performáticas y muchas veces involucradas con las comunidades locales. Dice en su manifiesto: 

“El arte vivo es la aventura de lo real (...) El arte vivo es contemplación y comunicación directa. Quiere terminar con la premeditación que significa galería y muestra (...) Movimiento, tiempo, gente, conversaciones, olores, rumores, lugares y situaciones. ARTE VIVO, movimiento DITO. 24/7/1962 - hora 11,30 ”