Carupá en la historia
El significado guaraní de Carupá (ca'a + rupa), "lecho o morada de yerba”, señala un paisaje ribereño anterior al trazado urbano de Buenos Aires. La flecha indica su ubicación exacta junto al río Luján, hoy entendido como la frontera entre ciudad e islas. Pero, a la luz del significado guaraní, el Sitio de Memoria Carupá-Canal cuestiona la rigidez de esa frontera: si el yerbal, pajonal o juncal es la forma final que toma el Delta, es decir, el lecho donde sus islas se recuestan... entonces la propia distinción entre “isla” y “continente” como agua y aceite debe ser puesta en debate. Por eso proponemos reconocer la historia desde la continuidad (y no desde la separación) entre las islas del Delta y el territorio actual de Tigre y San Fernando, un paisaje ancestral en el que existieron asentamientos guaraníes que integraron el mundo cultural y sagrado del Delta Inferior mucho antes de la llegada europea, y que tuvieron un rol decisivo durante la fundación y refundación de Buenos Aires.
RECONOCIENDO EL YERBAL ANCESTRAL
Más allá de las precisiones sobre cómo se formó este paisaje, que podrán encontrar en la sección sobre lo sagrado, queremos comenzar esta sección histórica con un acuerdo simple: el territorio que conocemos no siempre ha sido así. Atravesó cambios por sedimentación primero (holoceno) y por acción del hombre después (antropoceno), y por lo tanto nuestra idea actual de isla y continente como categorías separadas, como agua y aceite, merece ser puesta en debate.
Haciendo nuestras las palabras de Paulo Tavares, arquitecto e investigador brasileño reconocido en diversas bienales por sus aportes para reimaginar las ciudades más allá del legado colonial, en esta sección los invitamos a:
"Sondear las relaciones liminares entre los paisajes naturales y culturales, en cuanto han sido definidos por categorías coloniales de pensamiento dentro y fuera del campo de la arquitectura (...) limitando las definiciones de patrimonio, memoria e historia" — La Naturaleza Política de la Selva.
EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS DE OCUPACIÓN
Desde su incorporación a los circuitos productivos a fines del siglo XIX, los nuevos isleños solían hallar urnas funerarias que rara vez fueron registradas, a lo que se suman las pérdidas provocadas por geotransformaciones, explotación forestal y procesos de gentrificación.
Las primeras excavaciones datan de 1905, cuando el paisaje aún se veía así. En 1932, una expedición conjunta del Museum of the American Indian de Nueva York y el Museo de La Plata, liderada por Lothrop y apoyada por Gaggero, realizó los hallazgos más relevantes del Delta Inferior en Arroyo Malo, El Cerrillo y Arroyo Sarandí, este último ubicado en el actual sector continental de Rincón de Milberg.
La mayoría de los esqueletos apareció dentro de tinajas de cerámica o asociados a fragmentos cerámicos, patrón que se repitió en hallazgos posteriores de Arroyo Fredes y Arroyo La Glorieta (Ramos Van Raap y Bonomo, 2016).
Este tipo de entierro constituye evidencia inequívoca de las prácticas funerarias guaraníes registradas a lo largo del río Paraná, tanto en Argentina como Brasil (Noelli 1993; Neumann 2008 y bibliografía allí citada). En algunos casos, los estudios consideran la posibilidad de entierros mixtos, donde prácticas guaraníes y querandíes pudieron coexistir, especialmente en territorios vinculados a la resistencia indígena durante la primera fundación de Buenos Aires.
RESISTENCIA GUARANÍ DURANTE LA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES, 1536
Según las crónicas de Schmidl, soldado alemán partícipe de la fundación de Buenos Aires en 1536, la expedición de Pedro de Mendoza levantó una ciudad-fuerte en la zona actual de Retiro. Poco después, Bs. As. fue sitiada e incendiada por unos 23.000 guerreros en su mayoría guaraníes, junto a un grupo pampeano también. Entre incendios de casas y naves, hambre y ataques de “tigres y leones” (Rui Díaz de Guzmán, 1612), deciden remontar el Paraná arriba y en 1537 fundan Asunción, junto al asentamiento guaraní de Lambaré, donde establecieron una convivencia forzada. Irala, ya como autoridad de la gobernación del Río de la Plata y el Paraguay, escribió al rey en 1541: “Los guaraníes de las islas y querandíes son mortales enemigos nuestros”.
RESISTENCIA GUARANÍ DURANTE LA REFUNDACIÓN DE BUENOS AIRES, 1580
En 1579, Juan de Garay bajó el Paraná con una comitiva para refundar Buenos Aires. En el trayecto se reencontró con los guaraníes de las islas, probablemente del Delta Superior, hecho registrado por Martín del Barco Centenera (1601), quien participó en la expedición. Allí aparece la figura del capitán guaraní Yamandú: primero líder de la resistencia y, tras la fundación de 1580, responsable de la captura y muerte de Garay tres años después. Contemplando variaciones en la transcripción fonética, argumentamos que se trata de Ñamandú, dios primordial de los Mbyá Guaraní, presente en numerosos relatos y plegarias recopilados a fines del siglo XX. Para leer más sobre esto en la sección de lo sagrado, clickear acá.
Concluyendo, a los pocos días Garay repartió las tierras. El mapa que se muestra abajo, elaborado por el Ministerio de Obras Públicas de la Pcia. de Bs. As. indica la ubicación de las 65 chacras. La última de esas costillas, justo antes de que el terreno se volviera inundable, o mejor dicho en el límite del yerbal, se ubicaba en la actual zona de Victoria, dentro del partido de San Fernando, pero a más de 3 km de Carupá-Canal.






